La desbandada del PSOE
No es normal presenciar partidos políticos dispersos, incoherentes, divididos. Esto es lo que, en mi opinión, le está pasando al PSOE. No tiene un plan ni un rumbo fijo que seguir, o al menos eso parece pues no dejan ver con claridad si están a favor o en contra del gobierno actual. Su abstención en las segundas elecciones les posicionó como muletilla del PP, en cambio ellos lo definían como una abstención por la estabilidad, después, a los hechos me remito, intentaran hacer la envolvente a Podemos al ir de la mano de Ciudadanos.
Se posicionaron pues a favor de las políticas regladas desde Bruselas así como a la "estabilidad" para que haya un gobierno, rojo o azul, no morado. Las prisas por no dejar que Podemos se acercase a las instituciones nacionales dinamitó al PSOE que aún sigue sin recuperarse.
Lo peor, pienso yo, se lo llevan los votantes del PSOE que ven como con su voto han posibilitado un gobierno liberal y de derechas frente al que, con un tinte de forofismo he de decir, han luchado desde que existe la democracia, y viceversa.
La irrupción del movimiento 15M en las instituciones ha hecho que los poderes, que siempre hemos sospechado que manejan a su antojo a políticos, se pongan a la defensiva revelando en gran parte hasta donde llegaba su poder. El PSOE ha sido el más retratado continuamente, primero destituyendo a su secretario general en plena tormenta, segundo dando el gobierno a su eterno rival y tercero,y más importante para ellos, poniendo en duda su identidad como partido. Ahora se intenta tapar bajo el lema de la estabilidad, esa que la dan las grandes cifras pero que la gente de a pie ni huele.
Ahora está en boca de todos las mociones de censura, esos resquicios democráticos que sirven a la oposición para tirar abajo mayorías parlamentarias cuando las cosas huelen a podrido. El PSOE anuncia que presentará una en la Comunidad de Madrid, mientras critica la planteada por Podemos en el Congreso de Diputados (tachándolo incluso de circo, ante la oleada de detecciones; flipante). Mientras unos hacen, otros deshacen. Según se levante el candidato, así se posicionará ese día ante la actualidad. Según sople el viento, allí dirigiré mis palabras.
Con nerviosismo o no, estamos ante una encrucijada fascinante y fundamental para el futuro de España en la que todos deben estar a la altura de las circunstancias en esta sociedad donde todo se debe saber y donde todo se ha de reivindicar y mejorar y en la que la sociedad forme un papel activo fundamental.
Se posicionaron pues a favor de las políticas regladas desde Bruselas así como a la "estabilidad" para que haya un gobierno, rojo o azul, no morado. Las prisas por no dejar que Podemos se acercase a las instituciones nacionales dinamitó al PSOE que aún sigue sin recuperarse.
Lo peor, pienso yo, se lo llevan los votantes del PSOE que ven como con su voto han posibilitado un gobierno liberal y de derechas frente al que, con un tinte de forofismo he de decir, han luchado desde que existe la democracia, y viceversa.
La irrupción del movimiento 15M en las instituciones ha hecho que los poderes, que siempre hemos sospechado que manejan a su antojo a políticos, se pongan a la defensiva revelando en gran parte hasta donde llegaba su poder. El PSOE ha sido el más retratado continuamente, primero destituyendo a su secretario general en plena tormenta, segundo dando el gobierno a su eterno rival y tercero,y más importante para ellos, poniendo en duda su identidad como partido. Ahora se intenta tapar bajo el lema de la estabilidad, esa que la dan las grandes cifras pero que la gente de a pie ni huele.
Ahora está en boca de todos las mociones de censura, esos resquicios democráticos que sirven a la oposición para tirar abajo mayorías parlamentarias cuando las cosas huelen a podrido. El PSOE anuncia que presentará una en la Comunidad de Madrid, mientras critica la planteada por Podemos en el Congreso de Diputados (tachándolo incluso de circo, ante la oleada de detecciones; flipante). Mientras unos hacen, otros deshacen. Según se levante el candidato, así se posicionará ese día ante la actualidad. Según sople el viento, allí dirigiré mis palabras.
Con nerviosismo o no, estamos ante una encrucijada fascinante y fundamental para el futuro de España en la que todos deben estar a la altura de las circunstancias en esta sociedad donde todo se debe saber y donde todo se ha de reivindicar y mejorar y en la que la sociedad forme un papel activo fundamental.
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