Castilla y León, la tierra de contrastes


Tenemos la suerte de vivir en un país muy diverso, tanto en la cultura como en la naturaleza, además de ser una estación de servicio de numerosas especias en sus largos viajes desde África hacia Europa y viceversa.

Contamos con multitud de microescosistemas riquísimos y equilibrados, uno de los mayores tesoros de los climas templados en Europa. Tenemos mar, montaña, zonas boscosas de interior, lago, embalses, …. Pero no sirve de nada si no lo preservamos y cuidamos.

En mi tierra, en Castilla y León, tenemos mucho de lo que aprender todavía. Somos una de las regiones más desconocidas en cuanto a lo natural, ya que a veces ni se nos menciona en largos periodos de tiempo en los telediarios, solo para algún suceso o tragedia, como la del reciente incendio en Segovia, en la Granja de San Ildefonso.

Todavía hay muchos que nos consideran una tierra de campesinos (y así lo somos), de palurdos o catetos de pueblo que nada tenemos que hacer con los urbanícolas de las grandes ciudades. Nada más alejado de la realidad, aquí, como nuestro clima, somos gente de contrastes. O somos esos catetos o somos gente que despunta pero que tenemos que emigrar de nuestros hogares precisamente porque siempre pesa más lo negativo que el querer cambiar y evolucionar hacia una convivencia con la naturaleza sin llegar a erosionarla tanto que desaparezca.

En los últimos años soy más consciente de todo el trabajo que tenemos por delante para promocionar nuestra tierra como un sitio maravilloso para visitar y para vivir. Nos hace falta mucha sensibilidad para con los animales, pues con nuestros recursos vegetales creo que somos una de las potencias de España. Tenemos de los mejores productos agrícolas, vinícolas y ganaderos, pero aun así estamos devaluados en la forma que los tratamos y los vendemos.

El cambio climático no es poca broma tampoco en nuestro territorio, vivimos en una meseta rodeada por cordilleras, con un clima extremo en ciertas épocas del año, tenemos unos inviernos muy duros sin precipitaciones, pero con fuertes heladas y unos veranos muy cálidos y secos, llegando a tener una amplitud térmica de 30 grados en muchas ocasiones en un mismo día. Y el cambio en el clima global se está notando, cada vez tenemos menos precipitaciones en primavera y otoño, y tenemos un clima más de desierto que uno propio de una región templada aún con nuestras peculiaridades mesetarias.
Por ello somos gente dura pero que sabemos lo que nos toca pasar. No somos gente de grandes lujos por que somos gente que hemos tenido que luchar y trabajar bajo condiciones duras, tanto de clima como laborales. 

Culturalmente hablando, y dejando de a un lado los grandísimos escritores, dramaturgos, pintores y escultores que de estas tierras brotaron, quizás por lo que más nos conoce el resto de España y del mundo sea por nuestra arquitectura histórica de castillos y catedrales, así como por los yacimientos arqueológicos de Atapuerca (Burgos), pero casi ni eso. Siempre pienso que si este tipo de yacimientos lo tuviesen los catalanes o los franceses o los americanos tendríamos montado el mayor centro de interpretación del mundo dotado de los mayores avances.

En esta provincia, en Burgos, además tenemos uno de los principales yacimientos de dinosaurios de Europa y del mundo, congregados en la Sierra de la Demanda, en la zona de las lagunas de Neila, más concretamente en el pueblo de Regumiel de la Sierra. Aquí han salido a la luz gracias al equipo que las estudia una inmensa cantidad de restos de diferentes dinosaurios, incluso, según me comentaba algún joven entusiasta de la zona, se ha descubierto una nueva especie desconocida hasta la fecha.




Si pensamos que lo de fuera es lo mejor, es que no nos hemos ni molestado en descubrir los increíbles tesoros que esconde nuestro territorio. Os animo a todos a descubrir esta mágica tierra histórica denomina Castilla y León.

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