La distopía que generan las Fake News
El manejo de información falsa para recalcar una postura o desviar el foco de atención es una práctica común que se ha realizado sobre todo durante finales del siglo XIX y el siglo XX. La irrupción de Internet y de las redes sociales en los últimos años, ha conformado un nuevo espacio de difusión para esta información falsa creando un caldo de cultivo que ahora se intenta controlar de forma vaga, pues no hay voluntad ni en la mayoría de los consumidores de información ni en los propios comunicadores de dicha información.
Si bien en una democracia se debería tener como base unos potentes poderes informativos alejados de los poderes fácticos, en la actualidad vemos todo lo contrario. Desde grandes conglomerados empresariales hasta los propios trabajadores y directores de medios que se alinean con los postulados de los partidos políticos. Esta misma semana el Partido Popular fichaba a Pablo Montesinos, un periodista con cierta visibilidad en los medios televisivos. Y no hace mucho, en la manifestación de Colón, tres periodistas defendían con su palabra los postulados y exigencias de los tres partidos de derechas.
En cualquier democracia esto no se debería permitir. ¿Es posible fiarse de la información de un periodista que comulga con aquellos con los que se debe ser crítico? La respuesta es NO.
Cuando esto ocurre, el periodista deja de ser tal y se convierte en portavoz de dichas ideas, renunciando a su objetividad. El periodismo de opinión, no es periodismo, es opinión, y opinión sesgada, como vemos día tras día en los medios de comunicación.
Llegamos al punto clave, cuando las cosas ya no son las que dicen ser, empieza la realidad paralela, empieza la distopía. Cuando piensas que estas escuchando a un periodista manejando información pero solo es opinión, empieza a generarse una realidad paralela en la que los hechos no se corresponden con los eslóganes.
Los hechos se contrastan y ratifican con datos, mientras que estos eslóganes baratos, al final, se convierten en eso, en meros engaños, en meras fake news para dar tu voto al que consiguió colarte el truco.
El gran problema de esto es que nos dicen una cosa, hacen la contraria, y los ciudadanos de a pie ya no sabemos si vivimos en la realidad de la promesas y de las fake news o en la cruda realidad.
¿Pastilla azul o pastilla roja? -Morfeo (The Matrix)
Si bien en una democracia se debería tener como base unos potentes poderes informativos alejados de los poderes fácticos, en la actualidad vemos todo lo contrario. Desde grandes conglomerados empresariales hasta los propios trabajadores y directores de medios que se alinean con los postulados de los partidos políticos. Esta misma semana el Partido Popular fichaba a Pablo Montesinos, un periodista con cierta visibilidad en los medios televisivos. Y no hace mucho, en la manifestación de Colón, tres periodistas defendían con su palabra los postulados y exigencias de los tres partidos de derechas.
En cualquier democracia esto no se debería permitir. ¿Es posible fiarse de la información de un periodista que comulga con aquellos con los que se debe ser crítico? La respuesta es NO.
Cuando esto ocurre, el periodista deja de ser tal y se convierte en portavoz de dichas ideas, renunciando a su objetividad. El periodismo de opinión, no es periodismo, es opinión, y opinión sesgada, como vemos día tras día en los medios de comunicación.
Llegamos al punto clave, cuando las cosas ya no son las que dicen ser, empieza la realidad paralela, empieza la distopía. Cuando piensas que estas escuchando a un periodista manejando información pero solo es opinión, empieza a generarse una realidad paralela en la que los hechos no se corresponden con los eslóganes.
Los hechos se contrastan y ratifican con datos, mientras que estos eslóganes baratos, al final, se convierten en eso, en meros engaños, en meras fake news para dar tu voto al que consiguió colarte el truco.
El gran problema de esto es que nos dicen una cosa, hacen la contraria, y los ciudadanos de a pie ya no sabemos si vivimos en la realidad de la promesas y de las fake news o en la cruda realidad.
¿Pastilla azul o pastilla roja? -Morfeo (The Matrix)
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